
La vida no es algo abstracto, una idea o un poco de humo aromado que de vez en cuando nos llega a la nariz empujado por la caprichosa voluntad de los vientos. La vida somos nosotros. La vida soy yo que escribo esto ahora mismo, el cuerpo que se arrellana en un sillón y las manos que se mueven nerviosas pulsando las teclas. La vida es este breve tiempo que me ha tocado en suerte, el misterio de la conciencia y la incertidumbre deliciosa de no saber ni el día ni la hora. Somos la vida y cuando muramos, la vida dejará de ser. Estas tautologías me sirven, pues, para defender una postura existencial, que he tenido siempre, desde que era pequeño y desconocía incluso el nombre de dicha forma de pensamiento.
La visión existencial supone ante todo la conciencia de la libertad. Sartre afirma que la libertad es una condena y que, en consecuencia, no hay manera de deshacernos de ella, incluso si quisiéramos correr a atarnos las muñecas y tobillos con cadenas. Prefiero la mirada de Camus, que ve la libertad vinculada a una responsabilidad gozosa y trágica a partes iguales; la vida que tenemos es una invitación constante, una casa de puertas abiertas para que entremos y nos dispongamos a celebrar lo que dure esta brevísima noche que llamamos mundo.
La importancia de nuestros actos palidece cuando asumimos la distancia necesaria. Pero lejos de sentirme empequeñecido, es la risa lo que viene a mí cuando pienso en mi gloriosa insignificancia. Sin el humor, la brújula de mi vida, sería imposible sobrevivir una semana en la incertidumbre. Reírnos de nosotros mismos relativiza el drama y le pone color a los días. Además, me queda claro que el humor (junto con la poesía) son dos estrategias psíquicas que estimulan la lucidez. La solemnidad como forma de vida es una tácita declaración de incurable idiotez.
¿Somos libres?, me preguntó un alumno alguna vez. ¡Por supuesto!, le respondí sin dudarlo. Esta es la lucha más santa y necesaria de todas, la de la existencia consciente, la del que embiste rabioso contra las huestes soeces del determinismo.