
Es importante recordar que no existe una vía única para posicionar ideas en el mercado, sin embargo, es verdad que cualquiera que sea el método elegido, el contenido de calidad tiene en común algunos detalles que ahora explico a detalle:
- Por extraño que parezca, el contenido de calidad no busca describir las cualidades de tus productos o servicios, tampoco busca abordar con un estilo de marketing los problemas que buscas solucionar a tus clientes. Piensa en las grandes marcas, como Apple, por ejemplo, que crea campaña de liderazgo basadas en la “genialidad” y la “diferencia”. Su lema, apenas dos palabritas: “Think Different” es demoledor en su capacidad de concentración e impacto.
- Conoce bien cuáles son los objetivos de tu compañía. Es absurdo, lo sé, pero en ocasiones las organizaciones andan algo perdidas en este aspecto y se concentran mucho más en el universo de las emociones que en el de la claridad mental. Una empresa que no sabe a dónde va es una empresa condenada al extravío perpetuo, es decir, a la irrelevancia y lo que es peor, al fracaso económico.
- Es importante que entiendas que tu contenido debe suponer algún mecanismo de registro. Ciertamente debes compartir información gratuita y abierta, pero debes entender que es necesario tener control de tu audiencia, por eso es necesario que el contenido sirva a un propósito específico: fidelizar audiencia. No podrás hacerlo si tu contenido no resulta interesante y valioso.
- No existe una verdadera estrategia de posicionamiento si no se ha desarrollado con suficiencia una persona o avatar que ejemplifique a tu cliente ideal. Solo a una persona debes hablarle, a ese paradigma que has creado. ¿Cuáles son sus problemas y cómo puedes solucionarlos? Estas son las dos únicas preguntas que deben moverte a la escritura. Piensa que no se trata de buscar tu satisfacción personal, como supongo lo hará un escritor atrapado por su propia obra. El objetivo de tu escritura es comunicar contenidos concretos con una función específica.
- Abandona el estilo del ensayo académico. Utiliza un tono coloquial, próximo, realista. Echa mano de historias, ejemplos que le permitan a tu audiencia identificarse con alguien más.
- Trabaja mucho tu título. Sé claro y evita las ambigüedades; además, no se te olvide utilizar subtítulos o “bullet points” que le permitan a tu audiencia enterarse de qué se tratará el texto que has puesto a su disposición.
- Detrás de un acto comunicativo con valor hay mucho esfuerzo, pero no basta solo el producir estos textos, además es necesario difundirlo de un modo obsesivo. Debes asumir tu tarea de divulgación de tus contenidos de manera rabiosa, sin descanso, comprometido de un modo radical con tu mensaje. No te olvides de generar links suficientes para ser distribuidos, así como material audiovisual que sirva de apoyo informativo al mensaje. No importa que el se trate de un texto escrito, además es necesario utilizar la idea hasta el tuétano. Todo es reutilizable, recuerda.
- Finalmente, recuerda que no hay esfuerzo de divulgación que sea suficiente si estás solo. Aquí es donde tu network adquiere un mayor valor; son los demás nodos (otras personas) quien pueden servir de amplificadores de tu mensaje. Esta es la razón porque no debe pasar un solo día sin que trabajes en hacer crecer esta red de colaboración constante.